El martillo
Siente el sonido de los tambores mientras corres hacia las puertas de sus enemigos. Ríe de sus rostros aterrorizados y sus diminutas defensas. Suenan los cuernos, un esfuerzo desperdiciado. Te habrás ido con sus mercancías antes de que sus amigos monten sus caballos. Pero los asaltos no son suficiente. Tu ejército crecerá, como también tu hambre por más acción. Eres libre. Libre para conquistar cada rincón de este mundo hasta que todos se arrodillen en tu presencia.